14/2/10

PELEGRIÑÓN







Pelegriñón es una pequeña localidad deshabitada perteneciente al municipio de Alcampell, comarca de La Litera. Se construyó junto a una gigantesca mole pétrea muy cerca de los barrancos de Alcaná y Vivés. 

Es un pueblo milenario. Su primera cita documental data del año 1090, momento en que fue conquistado por Ermengol IV de Urgel. En otro documento del año 1234 Jaime I reconoce la propiedad de este lugar a Raimundo Peralta. Durante el pasado siglo XX abrió un total de cinco casas. Sus nombres eran: Vidal, Madard, Pardo, Ricol y casa del Correu. En el año 1900 tenía 61 habitantes, en lo que es su máximo histórico conocido. 

Fue un pueblo escaso de recursos y bastante pobre. Sus viviendas, de escasa altura, fueron construidas a base de adobe y mampuesto. Carecían de todos los servicios básicos necesarios: escuela, médico, accesos dignos…tampoco llegó nunca la luz eléctrica, el pueblo, lamentablemente, se apagó antes. 

El aspecto actual que ofrece Pelegriñón es desolador. A la poca consistencia de los materiales de las viviendas se unió el cruel expolio sufrido durante los años setenta y ochenta, lo que hace que la mayoría de sus edificaciones se hayan convertido en un amasijo de escombros. 

Aislada entre tanta ruina brilla con luz propia la iglesia de Santa Ana. Se trata de un edificio de claro origen románico, muy transformado con las reformas de los siglos XVII y XVIII. Es un templo de nave única cubierto con bóveda de lunetos y cabecera semicircular techada con cuarto de esfera. La puerta de acceso y el campanario de espadaña se sitúan a poniente. Poseía coro en alto a los pies, lamentablemente ya derruido. 

Precisamente de esta iglesia salió una valiosa pieza que actualmente se conserva en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón. Se trata de un cáliz limosnero fechado en el año 1833. Es una pieza lisa realizada en plata, que responde al modelo cortesano de estilo neoclásico. En el pie aparecen grabados el escudo del soberano coronado con el collar del Toisón y las armas de Fernando VII, además de una inscripción que identifica el templo: “Yglesia de Pelegriñón”. Este tipo de cálices son conocidos con el nombre de “limosneros”. 

Para las fiestas los antiguos vecinos recuerdan como improvisaban la pista de baile delimitando un espacio con un cordel que llenaban de candiles de aceite para tener luz durante la noche. La música la ponía un señor de Pelegriñón que tocaba el violín. 

Los antiguos vecinos siguen reuniéndose una vez al año -mayo- en la nueva ermita de Santa Ana, alzada en el año 1983 a corta distancia de la vieja iglesia. Hay misa y reparto de torta y vino para todos los asistentes. 


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (febrero 2019). 


Fotografía 1; Pelegriñón en el año 1979 (Cellit) 
Fotografía 2; Pelegriñón en el año 2016 (Cristian Laglera) 
Fotografía 3; Iglesia de Santa Ana (Cristian Laglera) 
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera) 
Fotografía 5; Ermita de Santa Ana (Cristian Laglera)