22/3/10

ALASTRUÉ









Esta semana hablaremos de Alastrué, uno de los pueblos deshabitados que podríamos decir de “imprescindible” visita. Sus edificaciones descansan sobre un collado modelado por dos barrancos, en la cara norte de la Sierra de Guara, a medio camino de los despoblados de Torruéllola de la Plana y Bibán. Paisaje duro, agreste e inhóspito, lejos de todo, complicado para vivir… pero de ensueño para el caminante o el fotógrafo.

 

Su primera cita documental data del año 1055. Fue 1203 cuando Pedro II cambiaba con San Juan de la Peña el monasterio de San Juan de Matidero, con sus villas de Bibán, Alastrué, Binueste y Matidero, por el de Santa María de Iguácel. En los fogajes de los años 1495 y 1609 es citado con un solo fuego.

 

Curiosamente, a pesar de ser un lugar muy pequeño, Alastrué llegó a tener ayuntamiento propio (año 1834), para finalmente acabar integrándose al de Secorún, allá por el año 1845. Alcanzó su techo poblacional en el año 1857, censando 36 habitantes.

 

El núcleo del pueblo está compuesto por dos viviendas – Bara y Bayle–, construidas bajo la modalidad casa-patio, muy típico en la zona. Muestran grandes fachadas, con hermosas arcadas de medio punto, bajos abovedados y largas chimeneas. 


Junto a las casas se elevan varias bordas techadas a doble vertiente construidas con mucho estilo. También algunos corrales, pajares y una pequeña herrería.

 

La iglesia de San Pedro Apóstol (s. XVII) se construyó aislada, a unos doscientos metros al sur del caserío. Actualmente es el edificio que presenta el aspecto más digno. Es un templo de nave única y rectangular, con dos capillas laterales y ábside plano. Todas las estancias se cubren con bóvedas de cañón. Poseía coro en alto a los pies. Tiene adosada una pequeña torre campanario de un cuerpo que cuelga dos vanos gemelos.

 

No debió de ser fácil la vida en Alastrué. Sus gentes malvivían aprovechando al máximo lo que esta pobre tierra les daba. Economía de subsistencia en toda regla. Existencia basada en la supervivencia. Eran otros tiempos, claro, pero no tan lejanos como pueda parecer.

 

Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en diciembre de 2021.



Fotografía 1; Llegada a Alastrué  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Fachada de casa Bayle (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Bara (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Horno de casa Bara (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Iglesia de San Pedro Apóstol (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Hermoso vano de piedra toba (Cristian Laglera)