4/9/11

MURO DE BELLÓS







Muro de Bellós es, sin duda, uno de los núcleos deshabitados más hermosos de todo Sobrarbe y posiblemente de toda la provincia de Huesca. Se localiza en la entrada meridional del valle de Añisclo, muy cerca de la confluencia de los ríos Bellós y Cinca. Desde Muro de Bellós disfrutaremos de unas magníficas vistas de la cadena montañosa del Pirineo central.

El acceso lo realizaremos por una pista asfaltada de algo más de cuatro kilómetros que tiene su inicio en la localidad de Escalona. Hasta hace unos años la pista era de tierra y casi intransitable. Solo la grabación de la película Bajo la piel del lobo protagonizada por Mario Casas pudo hacer que la vieja pista de Muro de Bellós fuera asfaltada. Un milagro que desgraciadamente llegó demasiado tarde.

Formó ayuntamiento con Puyarruego en 1834. Pocos años después ambos núcleos se agregaron a Labuerda, para finalmente acabar uniéndose a Puértolas.

Durante la primera mitad del siglo XX (hasta su abandono) Muro de Bellós mantuvo ocho casas abiertas. Sus nombres eran: Ramón, Joaquín, Manuel, Campodarve, Miguel, Mur, Pepa y Suelo. En el año 1930 todavía censaba 62 habitantes. Mantuvo población hasta finales de los años 80.

A pesar de la ruina generalizada de todo el conjunto todavía podemos apreciar detalles arquitectónicos típicos de la zona: casonas de gruesos muros de piedra, balconadas orientadas al sur o al este, puertas de grandes dovelas, chimeneas troncocónicas y preciosos patios interiores articulados en torno a la plaza central.

Subiendo por la pista de acceso, entre curva y curva, destaca a lo lejos la silueta de la iglesia de Santa María. Se trata de un templo de posible origen románico, aunque lo que hoy vemos no se puede llevar más allá del siglo XVI. Tiene planta rectangular y cabecera recta orientada al este con dos capillas laterales a modo de crucero. Posee atrio a poniente, que resguarda la puerta de acceso, en arco de medio punto. Precisamente en la puerta se hallaba un crismón trinitario depositado en la actualidad en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón. El crismón, de no haber sido reubicado en esta iglesia, cosa no descartable, confirmaría el origen medieval del templo.

La vida en Muro de Bellós no era fácil. Economía de subsistencia pura y dura. Sus habitantes se dedicaban principalmente a los cultivos de trigo, cebada y avena, y por supuesto también a la ganadería. Las ovejas y las cabras eran los animales predominantes.

Las fiestas grandes se celebraban el 25 de mayo, día de la Virgen de la Ascensión. Las fiestas pequeñas eran para la Candelaria, el día 2 de febrero.


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (mayo 2019).


Fotografía 1; Muro de Bellós  (Marina González)
Fotografía 2; Casa Joaquín  (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Pepa  (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Hermosa chimenea (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Camposanto (Marina González)