16/2/14

SAN VALERO





San Valero es uno de esos pueblos que a pesar de estar oficialmente deshabitado no se puede decir que esté abandonado, ya que casa Tomás recibe visitas diarias de sus dueños ya que siguen trabajando sus tierras. Además, los inconfundibles ladridos de los perros cuando nos acercamos nos indican que el pueblo todavía tiene algo de vida. 

En su máximo nomenclátor del pasado siglo XX San Valero aperece citado con 20 habitantes (año 1930), por aquel entonces todavía mantenía sus tres viviendas abiertas.    

Dos de las tres casas se encuentran en buen estado. Son viviendas construidas bajo el estilo típico Pirenaico de la zona destacando sobre el resto casa Tomás. Alrededor de las viviendas encontramos los correspondientes edificios de apoyo entre los que destaca un corral y un gran establo todavía en uso.  

La iglesia parroquial se encuentra aislada unos metros al oeste del caserío. Es un templo barroco, de mediados del siglo XVII, que fue dedicada al Santo Obispo de Zaragoza. Es un edificio de mampostería de una sola nave rectangular, capillas laterales y testero recto. Posee coro a los pies de la nave y torre de planta cuadrangular de un solo cuerpo. A pesar de conservar integra la cubierta su estado solo puede catalogarse como ruinoso.

Llegaremos hasta San Valero por una pista restringida de un kilómetro que tomaremos desde la carretera N-260, muy cerca del puerto de Coll de Fadas.


Fotografía 1; San Valero (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Enorme corral de casa Tomás (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de San Valero  (Cristian Laglera)