Viuet es un núcleo deshabitado integrado en el municipio de El Pont de Suert. Está situado en la provincia de Lleida, aunque dado su cercanía a Huesca y la necesidad documentar y aportar información de estos lugares desiertos, independientemente de donde se encuentren, vamos a incluirlo en el blog, al igual que hicimos con los despoblados catalanes de Orrit, Escarlá, Claramunt o Espluga Freda.
Sus edificaciones se distribuyen, aparentemente sin orden ni concierto, a 1080 metros de altitud, al amparo de un alargado farallón rocoso en situación claramente defensiva.
Viuet tuvo ayuntamiento propio en el siglo XIX (1812-1847); posteriormente pasó a formar parte del término de Llesp, concretamente hasta 1968, año en que se integró definitivamente a El Pont de Suert. Pascual Madoz lo documenta con siete viviendas en el año 1845. Sabemos que en 1960 todavía contaba con 49 habitantes. Mantuvo un único habitante hasta el año 2006, momento en que Viuet quedó "oficialmente" deshabitado.
La iglesia estaba dedicada a La Transfiguración el Señor (San Salvador). Nos dio la impresión de estar ante un edificio moderno, posiblemente construido en algún momento de los ss. XVII-XVIII. Pensamos que pudo levantarse sobre otro templo anterior, de cronología mucho más antigua. El templo actual dispone de nave única de planta rectangular, dos capillas laterales y cabecera de testero recto orientado al este. Poseía una sencilla torre campanario que lamentablemente lleva hundida bastante tiempo. Mi agradecimiento al Archivo Gavín por la cesión de la fotografía nº 2, tomada por José María Gavín en el año 1968, con la que documentamos la iglesia... cuando todavía estaba en pie.
Entre las viviendas destacaba casa Botiguer (o Butigué). Tuvo capilla propia dedicada a San Salvador. Esta vivienda se encuentra junto a la carretera, aunque pertenecía a Viuet. El resto de las casas se encuentran en estado ruinoso. Destacaremos un par de portadas en arco de medio punto y la fuente y lavadero, que aún pudimos fotografiar en nuestra visita.
En lo alto del farallón rocoso perviven algunos restos de un castillo que fue donado al monasterio de San Andrés de Barrabés, que lo cedieron a los barones de Erill, que lo tenían en posesión en el siglo XII.