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GRUSTÁN







Grustán es uno de esos lugares construidos en privilegiada ubicación, en posición dominante, cerca del cielo. Se localiza al noroeste de Graus, asentado sobre una plataforma rocosa desde donde vigila los valles del Ésera y el Isábena. Llegaremos por medio de una pista forestal (5.5 km) que parte frente a un camping a las afueras de Graus. Si preferimos subir a pie,  por el GR-1, llegaremos tras una hora de caminata.

Dado su situación elevada sobre el castillo de Graus, Grustán debió ser una plaza poderosa muy importante. Seguramente se fortificó en fechas previas al primer sitio de Graus, en el año 1063.

En el siglo XX mantuvo un máximo de nueve casas abiertas. Sus nombres eran: Güil, El Baile, La Oliva, Ramón, Sierra, Durán, Plana, Miguel y Benito. Alcanzó los 71 habitantes en el año 1940. Poco tiempo después el pueblo se vació.

El panorama en Grustán actualmente es desolador: fachadas que se están desmoronando, puertas taponadas por los escombros, tejados de gruesas losas hundidos, maderos apuntando al cielo, maleza saliendo por los huecos de las ventanas… de entre todas las viviendas sigue destacando casa Plana, con capilla particular en sus bajos, hoy, casi inaccesible. Afortunadamente, hace algunos años pudimos tomar algunas imágenes antes de que la segunda planta se desplomara sobre la capilla. Era una salita rectangular decorada con pinturas dieciochescas que representaban jarrones y flores.

De todas formas, si hay una edificación en Grustán que todavía brilla con luz propia es la iglesia de Santa María. Es un templo de origen románico, del siglo XII. Presenta nave única y rectangular, con dos capillas laterales y ábside semicircular orientado al este. La nave se cubre con bóveda de medio cañón apuntada y el ábside con cuarto de esfera. Al interior destacan sus pinturas murales, de tradición popular, fechables en el siglo XVIII. Nos vemos en la obligación de citar también su magnífico reloj de sol, fechado en el año 1672.

No muy lejos de allí, en un paraje conocido como La Ubaga de Grustán, se encuentra la ermita románica de San Miguel (s. XII), también conocida como la ermita de  los Templarios. Se trata de un edificio canónicamente orientado, de nave única, amplio presbiterio y cabecera semicircular, que ha sufrido el derrumbe de su bóveda. La puerta de acceso, en arco de medio punto, se halla en el muro sur. Hay sendero desde Graus. Muy recomendable si sois amantes del románico o de las viejas piedras en general.


Artículo publicado en El Cruzado Aragonés en noviembre de 2021.



Fotografía 1; Iglesia de Santa María de la Peña  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Cabecera (A. García Omedes)
Fotografía 3; Vivienda  (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Otra de las casas (Cristian Laglera)
Fotografía 5: Ermita de Los Templarios (Cristian Laglera)