Fue uno de los núcleos más importantes del valle, hasta 14 casas llegó a tener abiertas en el pasado siglo XX. En su máximo nomenclátor del pasado siglo aparece con 123 habitantes en el año 1900. Permanece deshabitado desde finales de la década de los sesenta, entre otras cosas por su complicada ubicación, es un lugar bastante aislado y de complicado acceso.
Actualmente el aspecto del pueblo es desolador, la gran cantidad de vegetación y escombros hace muy complicado desplazarse por el pueblo, especialmente por la parte alta.
Precisamente en la parte alta se encuentra la iglesia de San Cristóbal, su edificio más destacado. Es un templo de origen románico, de nave única, capillas laterales y cabecera semicircular orientada al este. Las capillas son un añadido posterior, le aportan planta de cruz latina. Destaca la torre campanario, semiengullida por la hiedra.
Llegaremos hasta Erdao por una pista que tomaremos unos trescientos metros después de rebasar el desvío a La Puebla de Fantova. Es una pista de acceso restringido, por lo que es preferible recorrerla a pie. Desde el comienzo hasta Erdao unos cinco kilómetros.
Fotografía 1; Erdao (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Llegada por la pista (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de San Cristóbal (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interior (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Torruella de Aragón y Abenozas desde Erdao (Cristian Laglera)