23/4/10

ESCUER ALTO







Esta semana nos ocuparemos de Escuer Alto. Se trata de uno de los núcleos deshabitados situados en el valle del Gállego, asentado cerca del nacimiento de se barranco homónimo. Accederemos desde la carretera N-260, en las inmediaciones de Escuer (o Escuer Bajo), por medio de una zigzaguente pista que nos conducirá hasta nuestro destino. Otra opción es hacerlo por el sendero PR-HU-196.

La despoblación de Escuer arranca en el año 1929. Según se cuenta este movimiento fue iniciado por el cura y el maestro. Poco a poco comenzó el traslado del pueblo hasta que se acabó formando el nuevo núcleo junto a la carretera. Los motivos parecen evidentes: búsqueda de terrenos llanos y tierras de cultivo, además, por supuesto, de unas mejores comunicaciones.

Se primera mención escrita se registra en el año 1184. Aparece documentado en un diploma del cartulario de San Andrés de Fanlo. Se cita en algunos documentos del siglo XV con nueve vecinos. Su población fue ascendiendo y, en el año 1850, se documenta con veinte casas y 149 habitantes. A comienzos del pasado siglo XX sobrepasó las 20 viviendas abiertas, que se traducen en 193 habitantes en el año 1910. Algunos de los nombres de las casas que hemos podido documentar son: Manuel, Carlos, Tejedor, Blasco, Carpintero, Perico, San Román, Catalina, Lanuza o Francés.

Arquitectónicamente hablando su edificio más significativo es “la Torraza”. Se trata de una torre fortín construida en el siglo XV, ampliamente reformada en el XVI. Presenta gruesos paramentos abiertos por vanos ajimezados y varias aspilleras. A su alrededor se sitúan los restos de su conjunto amurallado, que rodeaba todo el conjunto, además de la destechada capilla de Santiago, de planta rectangular. Formó parte del sistema defensivo del valle junto a la Torraza de Biescas y la Torre del Moro de Lárrede.

No muy lejos de la Torraza se arruina desde hace tiempo la iglesia de San Esteban (s. XVII). Es un templo de nave única, con capillas laterales y cabecera de testero recto. Su torre campanario, de planta cuadrangular, a duras penas se mantenía en pie en nuestra última visita, que data del año 2015. Tenemos pendiente volver a subir para ver si todavía se mantiene en pie.

En un artículo que escribió el doctor José Cardús en el Heraldo de Aragón en 1972 comentaba que, en la Guerra Civil, la iglesia parroquial fue quemada y su campanario volado. En este mismo texto, explica Cardús, se intentó lo mismo con el castillo, aunque ­­–afortunadamente­­– no funcionó el explosivo.

 

Artículo publicado en El Cruzado Aragonés (febrero de 2022).



Fotografía 1; La Torraza (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Capilla de Santiago (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de San Esteban (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Vivienda en ruina  (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Fuente, a la entrada del pueblo  (Cristian Laglera)