Originalmente fue un lugar de una sola vivienda, llamada casa San Aventín, que pertenecía a una importante familia ribagorzana. Fue durante los siglos XIX y XX cuando el caserío se amplió, llegando a contar con un máximo de tres casas abiertas.
Destaca la vivienda principal, el único edificio del núcleo que se mantiene en condiciones dignas. Da la impresión de recibir visitas frecuentes, pues tiene un pequeño jardín en su lado oeste cerrado con una verja metálica y bien conservado. Actualmente el pueblo se encuentra deshabitado, aunque todavía son trabajados algunos de sus huertos y tierras colindantes.
Brilla con luz propia su iglesia parroquial. Es un templo de origen románico de mediados del siglo XII. Muestra planta rectangular y cabecera poligonal.
En la puerta de acceso se encontraba situado un crismón trinitario de siete brazos lamentablemente desaparecido. El estado de la iglesia solo puede catalogarse como deplorable, un hundimiento de su cubierta parece inminente. Quizá fue por la poca luz que había en su interior, pero la intuición me hizo tomar las fotografías interiores y salir ráoidamente.
Llegaremos hasta San Aventín por medio de una pista de 2.3 kilómetros que tomaremos unos metros después del desvío a Villacarli; pista en aceptable estado pero preferiblemente transitable con vehículo todoterreno.
Fotografía 1; San Aventín (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Llegada al núcleo (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia parroquial (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Cabecera (Cristian Laglera)