Cájol es uno más de los pueblos deshabitados situados en el valle de La Solana. Fue deshabitado, como el resto del valle, a comienzos de la década de los sesenta. El motivo de su abandono fue la disparatada política de repoblación de pinos llevada a cabo con motivo de la construcción del embalse de Jánovas; embalse que como todos sabemos a estas alturas, jamás llegó a construirse.
Se compone de nueve casas divididas en dos barrios conocidos con los nombres de "barrio Verde" y "barrio Seco". En su única calle, llamada de San Salvador, estaban situadas la mayoría de sus 13 viviendas.
Su iglesia también está dedicada a San Salvador. Es un templo moderno, construido a lo largo del siglo XVIII. Presenta nave única y rectangular dividida en cuatro tramos con cabecera recta y dos capillas laterales a cada lado. Tiene una bonita torre campanario de un cuerpo adosada a uno de sus lados. La totalidad de la cubierta se halla derruida.
En sus inmediaciones se encuentra la ermita de Santiago, situada en el collado de Espinalvilla; dejo su visita pendiente para otra ocasión.
Las fiestas grandes se celebraban para San Ramón el día 31 de agosto y las pequeñas para Santa Bárbara el día 4 de diciembre.
Fotografía 1; Cájol desde la pista de acceso (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Viviendas tomadas por la maleza (Marta Puyol Ibort, cedida por SIPCA)
Fotografía 3; Una de las casas (Marta Puyol Ibort, cedida por SIPCA)
Fotografía 4; Hermoso pajar (Marta Puyol Ibort, cedida por SIPCA)
Fotografía 5; Iglesia de San Salvador (Blas Gonzalo, año 2004)